Nadie dijo nunca que fuera fácil.
Y no lo es. En absoluto.
Es exactamente igual que una montaña rusa. Y no lo digo tan solo porque unos días estés arriba y otros abajo.
Es el proceso que sigue a la escritura lo que me mata los nervios. La verdadera montaña rusa. Porque una vez te has puesto la barra de seguridad y el señor de turno te ha indicado que no saques los brazos del vehículo, tienes que ver cómo subes, bajas, te dan la vuelta, cómo el de al lado vomita y la niña de detrás se pone a berrear. Y no puedes hacer nada hasta que el trayecto termine y descubras si te ha gustado o no. Si volverías a subirte o mejor decidir que no eres persona de «altos vuelos».
Muchas personas van a decirte que no merece la pena, que eres una pequeña estrella dentro de un universo infinito. Van a criticarte, a preguntarte por qué es lo que ves tan especial en tú trabajo, que ya otros han contado una historia muy parecida y que por lo tanto no va a producirse ninguna repercusión satisfactoria…
Y no voy a decir que nada de lo anterior no sea cierto. Pero lo importante es el camino. Si te subes a esta montaña rusa es mejor disfrutar el recorrido lo mejor que se pueda y no preocuparse por el resultado final. Disfruta de lo que haces, de lo que te gusta y no te dejes llevar por la opinión de los demás. Aunque existan opiniones que te duelan horrores. Por su puesto que hay opiniones constructivas, que ayudan a mejorar. Pero cuídate de las tóxicas de las que fácilmente puedes llevártelas a reducir tu nivel de autoestima.
Porque a día de hoy, todo se ha basado en algo en mayor o menor medida. Es muy difícil producir algo 100% genuino. Quien sea capaz de crear algo revolucionario, algo que pasará a la historia, felicidades. Pero me temo que en raros casos ocurre algo así. Creo que les suelen llamar genios…
Lo importante, bajo mi modesta opinión, es «conectar» con el lector y llegar a él. Crear un vínculo de empatía para que se sienta identificado con una historia que con suerte acabará tomándose como algo personal para que éste se sienta motivado para llegar al final.
Dirijo estas letras a mí misma, a mi «yo crítico» a mi «yo artístico» y a mi «yo fatalista» a todos mis tortuosos «yo» y a los que muchas personas de seguro tendrán.
Un saludo y a cuidarse.
María Belén Montoro Cabello
Cuanta razón tienes, algo similar me pasa siempre, pero en este universo en el que recien empiezo a incursionar quiero abrirme paso.
Te invito a que visites mi Blog y me des tu opinión. Un abrazo.
El Diario de un escritor.
http://eldiariodeunescritor.blogspot.com
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro que sí, hay que intentarlo.
Un saludo y muchas gracias por interesarte por mi sitio web. Yo le voy a echar un ojo al tuyo 😉
María Belén Montoro Cabello
Me gustaMe gusta
Me ha encantado tu artículo. ¡Qué razón tienes! Autopubliqué mi primera novela («Tuyo y Mío») en agosto, la cual escribí sin tener a ningún lector en mente, pues no pensaba compartirla. Ahora, escribiendo mi segunda historia, tengo que pararme y reflexionar conmigo misma de vez en cuando para recordarme que escribo por y para mí, para disfrutar del proceso y no del resultado.
Un saludo, Laura.
Facebook: Miss Pajaritos
Instagram/twitter: @misspajaritos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Laura, muchas gracias por tu comentario y por participar 😀
Me alegro de que una reflexión interna que necesitaba haya sido de utilidad al mismo tiempo para otra escritora.
Es muy difícil tener siempre presente el objetivo, como tú dices, recordar que escribimos sobre todo, para nosotras. Para nuestro disfrute, porque nos gusta hacerlo.
Sería genial, que nosotros, los escritores desconocidos, algún día viéramos alguna progresión de futuro. Pero, si así no lo fuera y si somos desconocidos para siempre, lo importante es haber disfrutado de lo que hemos hecho.
Muchas gracias y abrazo.
María Belén Montoro Cabello.
Me gustaMe gusta
Gracias! Muy buena analogía! La montaña rusa de la escritura es impredecible. No sabes que pasa en el medio ni cuando terminará…
Saludos, cuando desees, visita mi espacio.
http://www.diegobentancor.wordpress.com
Me gustaLe gusta a 1 persona
Diego, ¿qué tal? Muchísimas gracias por dejarte caer por mi sitio y me alegro de que hayas disfrutado con esta Reflexión.
Por su puesto que voy a visitar tu espacio.
Con respecto a la analogía, que voy a decir, así me siento yo ahora mismo. Atada e impotente a las espera del juicio.
Un saludo y encantada de conocerte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me ha encantado la reflexión
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Ángel, muchas gracias por tu comentario.
La verdad es que me he pasado por tu blog y la entrada Parálisis me ha resultado muy interesante. Felicidades 😀
Un saludo y nos leemos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, me ha gustado tu reflexión. A mi escribir me hace feliz y quiero que lo siga haciendo. Claro que no es fácil, hay miedos y lo importante es seguir insistiendo. A mi me encanta saber qué provocan mis escritos, si los personajes son creíbles, si se los quiere o si son indiferentes y todo eso te lo da conectar con las personas que te leen. Y sí hay muchos escritores pero lo importante es encontrar aquello que nos gusta.
Un saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Toda la razón Conxita, Amén. La clave es seguir intentándolo y disfrutar. A mi me encanta imaginar lo que harían mis personajes ante diferentes situaciones para desarrollarlos y poder darles aún más profundidad.
Muchas gracias por tu comentario 😀
Me gustaMe gusta